1993. Fue una noche de galpón que llovía un montón. Entre el ruido de la lluvia en el techo, se alcanzaba a distinguir otro ruido. Una vez, dos veces, hasta tres veces. Era un perrito callejero que quería que le abran y rascaba la puerta. Estaba entero empapado y lloraba tanto que uno de los presentes, lo dejó entrar. No paraba de tiritar así que lo secamos y lo acostamos en las camas con nosotros para que se caliente. Al otro día varios amanecieron todos picados y llenos de pulgas. Una risa total.
Hay una leyenda de muchos años, que circula entre los pibes de Técnica y que es la de mandar a las chicas de San José en este caso, a hacer las compras de algunos insumos: "Andá a la ferretería y traete toda esta plata de electrodos de madera". En nuestro galpón, esa leyenda fue una realidad, se cumplió con la tradición. Las chicas de San José después de recorrer varias ferreterías, volvieron y dirigieron varios insultos subidos de tonos a los de la idea.
Estábamos tan pero tan organizados, que teníamos en la entrada del galpón un calendario para controlar quien se quedaba a la noche a trabajar y que tenía que hacer. El control era tan puntilloso para los avances de trabajo como para no quedar libre en la escuela.
Estas son algunas anécdotas de galpón compartidas por una integrante de la promo 93 de los presos, y que con gusto colabora para esta página.
Colabora Roxana Baldesari (promo 93 presos-San José)
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